top of page

¿Quién nos quita lo bailado? Por Lic. Pía Irastorza.

Algunas reflexiones acerca de la nostalgia y la Salud Mental.


En los últimos años, el término salud mental ha comenzado a tomar más relevancia y la escuchamos con frecuencia. Esto nos permite pensar acerca de su definición y podríamos estar más o menos de acuerdo que la salud mental refiere a aspectos biológicos e individuales así como también sociales, culturales e incluso geográficas. Sabemos por distintos portales que el factor climático puede jugar un rol importante en la salud mental (datos de países nórdicos, como para dar un ejemplo concreto).

Es en está línea que me parece importante puntualizar en los aspectos sociales y culturales, es decir, la idiosincrasia de una región, de un país, de una ciudad y su impacto a la hora de pensarnos. La historia es individual, pero también es colectiva. Hay una historia que nos implica por ser uruguayo/a y así se va afinando según las particularidades del caso. Pero algo que increíblemente (o no tanto) nos hace bailar a todos y todas, es la Noche de la Nostalgia.

Para escribir algunas notas acerca de esto, comencé a buscar si existía alguna referencia a nivel internacional acerca de está noche en nuestro país. En está búsqueda, encontré aspectos novedosos en un artículo de BCC que me dejó pensando varias cosas. La primera tiene que ver con el hincapié que realizan acerca de que parecería que nuestra noche de la nostalgia está ligada a una fecha patria, es decir, a una fecha que se conmemora un acontecimiento que tiene ver con los orígenes del país, y por lo tanto, una suerte de explicación de quienes somos como orientales y uruguayos. La segunda tiene que ver con la definición del término Nostalgia. Tomaré la de la RAE que la describe como “Pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos” “Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida”. Siguiendo está línea, el artículo reflexiona acerca de que la composición de la población en Uruguay es diversa, existiendo momentos históricos de olas inmigratorias, inscribiéndose una suerte de pérdida a la hora de comenzar a arraigarse en otro país. Considero que esto es interesante a la hora de pensar algunos clichés uruguayos como que todo tiempo pasado fue mejor, existiendo cierta añoranza por algo que ya pasó y ya no es más parte del tiempo presente. Esto de alguna manera nos involucra a la hora de pensar de qué manera existen ciertas pérdidas y duelos congelados que se inscriben en una malla cultural-simbólica que dará lugar a pensar, sentir y vivir que luego se harán carne en las singularidades.

Me gustaría detenerme en este aspecto para aclarar algo que es obvio pero que no deja de ser necesario. Estamos de acuerdo que la historia colectiva es importante, nos hace sentir parte de algo, nos brinda un lugar de pertenencia y por lo tanto, identidad. Es indispensable tener memoria. Pero también quiero creer que es importante generar conciencia acerca de cómo se viven las pérdidas y los duelos, pudiendo construir algo novedoso en relación a lo inesperado del presente. Esto es importante que se dé una manera colectiva para poder también desplegarse en lo individual.

A partir de estas reflexiones, quizás podríamos pensar entonces que estaría significando está Noche de la Nostalgia en una fecha que nos interpela a todos y a todas. Por supuesto, dejando a un lado por un momento lo que es de público conocimiento: de quién fue la idea y cómo se originó toda la cuestión en relación a lo recreativo y comercial de está noche. No es pertinente al caso.

En está línea, podría resultar una premisa contradictoria que el festejo se dé en un marco de nostalgia, o la nostalgia en un marco de festejo. Esto me parece interesante, ya que considero que existe en la nostalgia en sí misma cierta contradicción. Me hago la pregunta entonces de “cómo podríamos pensar está fecha/fiesta? ¿Tendrá que ver con los duelos no elaborados? ¿Tendrá que ver con una manera de elaborar los duelos? Por supuesto que no aspiro a encontrar una respuesta, más bien pensar acerca de ello.

Más allá de las reflexiones que nos puedan sugerir estas preguntas, considero que existe en esta noche algo que es innegable a la vista de todos. Parecería ser que en esta noche nos reunimos, nos ponemos coquetos, nos maquillamos, vamos a fiestas, hasta es una de las noches donde también salen los inspectores de tránsito a prevenir desgracias. Todos tenemos alguna anécdota, sea cual sea, de alguna noche de nostalgia. Pareciera entonces que se despliega algo del orden del encuentro con el otro, de celebrar y recordar de manera compartida una historia en común.

Con esto me animo a decir que yo realmente me cuestiono si es verdad que todo pasado haya sido mejor. Creo que es un discurso propio y en común de cada época, en una suerte de añoranza y flagelo con el paso del tiempo. De todas maneras, pensándolo bien, tampoco es que podíamos elegir la época en la que vivir. Será que observamos en la Noche de la Nostalgia una vía para poder contener estas pérdidas y duelos comunes, pero desde un lugar festivo, jocoso y compartido. Creo que esto nos deja varias cosas que pensar: si es tan así que las penas se van bailando y/o que la convocatoria a lo común, nos une y nos hace sentir más acompañados. Pensándolo así, quizás podemos hacer algo con respecto a eso en está época. Tratar de ganarle, aunque sea de a ratitos, a la propuesta de ensimismamiento que se nos ofrece de forma masiva.

No me gustaría terminar sin musicalizar este momento con una recomendación en Spotify. Una lista de reproducción que se llama “Oldies but goldies” de una amiga que me la armó porque ella sabe que soy fan de los oldies. Parece que la música también se pone mejor con el paso del tiempo.






215 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page